has venido muchas veces últimante, no sé qué buscabas, ni si lo has encontrado. Vienes de tan lejos y poco te puedo ofrecer, lo mismo de ayer, lo mismo de hace unos años.
Hoy, de nuevo, vuelves a visitar, desde tan lejos, mi libreta rota. No quiero escribirte más, no quiero pensar en ti, quiero olvidar tu pelo, y tu sonrisa. Pero no me dejas.
Me dijiste que ya no más, que no podia ser, que éste era el fin. Pero no lo es, sigue incesante el brillo de tus ojos al otro lado de la ventana, sin hablarme, sin decirme que estás ahí, a veces sólo creo que me lo imagino, y tengo que comprobarlo, y sí, estás ahí.
¿Cuándo te veré?
Y vuelves una y otra vez, cada día, como si de un ritual se tratase. Pero no encuentras nada nuevo. ¿Qué quieres que te diga? Cada día es lo mismo de ayer.