Días sin horas

martes, enero 03, 2006
 
Cartas desde el cielo
Una mirada en el más inocuo de los lugares, una sonrisa que me llega a confundir. Un deseo y un velo. La templanza viene a ser un don de héroes, lo que yo no soy. A caso es justo pensar que yo,... ella... Desde la razón no tiene sentido, desde los sueños sólo a veces. No la conozco.
Demasiadas barreras, o una, pero grande. Nunca fui un conquistador, ni mucho menos un ladrón de estrellas. No soy yo más que nadie para tener derecho a un trozo de cielo, a ese concretamente. Qué más da.
Ahora una sombra, de colores. Confusión, delirios nocturnos, otra vez. Levantarme soñando que no despierto. Y otra vez la amarga conciencia que me recuerda con sus pesadas palabras huecas:
- No es para ti. No llegas, eres pequeño- masculla la conciencia personificada en la dama negra.
- Pero yo sé que soy lo mejor para ella, porque nadie la puede desear como yo- le contesto.
- Tú eres tonto, no la deseas, es un capricho, se te pasará. Y lo de que eres mejor, no merece respuesta.
- Pero jamás podré estar seguro de quien tengo delante, ¿por qué no soñar que es lo que deseo? Más adelante ya veremos
- Entonces ¿harías daño a alguien por probar?
- Estás cediendo, te haces débil, me das el beneficio de la duda.
- Te equivocas, pero jugar contigo es divertidísimo, no sabes donde empiezan tus pensamientos y donde acaban los míos.
- Quizá... Y no, no quiero hacer daño a nadie. Pero yo le daría alas, le invitaría a tocar con los dedos las gotas de rocio, a hundir sus pies en la arena de la playa.
- Eso puede hacerlo ella con cualquier otro. Te crees especial por algo que no es intrínseco a ti.
- No todo el mundo lo hace.
- Pero todo el mundo puede, quizá no quiera hacerlo. Quizá te equivoques y ese no es el mejor camino. Quizá a ella esas cosas no le importan.
- Pero me ha dicho que sí, al menos que le gustan.
- A todo el mundo le gusta oir tus tonterías... acordándose de otra persona.
- ...
- Te ha dolido.
- Déjame en paz.
- Nadie dijo que fuera fácil, sólo que era posible.


Comments:
cómo puedes abrir el cielo con tan solo abrir unas cartas..?! cómo puedes recorrer mi languida sombra y sacar la porquería...la suciedad del alma...lo escondido del pensamiento...aquello que nadie se atreve a preguntarse a uno mismo....cómo....
 
¿Todavía hay alguien dispuesto a salir de la cama para recorrer la ciudad a las tantas de la noche al son de sus risas y las tuyas buscando, por ejemplo, una churrería? ¿todavía queda alguien a quién no le importe compartir el frío de la playa en enero? Si ese alguien existe, sólo por existir, se merece ese pedacito de cielo... como el que más.
 
Ufffffffff No es justo! no puedes escribir a tu antojo y hurgar mis heridas... quién te dió las llaves de mi vida?

Kike... Una Maravilla! así, sencillamente así, sin más.
 
no son las llaves de tu vida, son las llaves de todos, lo que a todos nos llega o lo que todos ( bueno algunos, pero digamos todos) pensamos.
Me alegro de que te guste tanto. Cuida tus heridas.
 
Cuidaré de ellas, Tu escribe que leerte sabe a bálsamo aunque duela, terrible contradicción, no? pero es de eso que esta hecha la vida...
 
Dios mío, acabo de llegar de viaje y he visto todos los posts que me has escrito, voy a por ellos!!!

mis palabras saben a bálsamo? curan algo? no sé yo... a mi sólo me duelen... pero ya sabes, un poco masoca...
 
Bálsamo? bueno no sé... veneno y antídoto, necesito leerte, tanto me matas, tanto me revives...

Qué no te lastime más de lo debido, el dolor en su justa medida es casi necesario, te lo digo yo que de masoca algo sé...

jajajajjajajajajajajajajajaja


Muuuuuuuuuuuac!
 
veneno veneno... palabras envenenadas sin querer. Todos tenemos sentimientos, todos llevamos el veneno por dentro.

el dolor en dosis individuales, pero nunca sabes cuando parar.
 
Lo que no te mata te fortalece, no?

Veneno... esta noche esa palabra sonó distinta, no ví muerte, sino más bien, arrebato, posesión, veneno en los labios, adentrándose por las venas dejando rastros... pero con otro sabor, no tan amargo.
 
supongo que no es amargo hasta que no han pasado unos días, en el momento de la ingesta es dulce, quizá tanto que hace repetir y repetir. Los labios no sé que veneno llevan, pero dejan grabados a fuego unos ojos bajo mis párpados que no son míos.
 
Claro... mata lentamente, y si no mata te contamina entera... pero quien puede resistirse a besar una boca que arde estando tan cerca de tus labios?
 
alguien que consigue pensar en el dolor del quemazón posterior.
 
Difícilmente exista ese alguien...
 
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