Días sin horas

jueves, marzo 30, 2006
 
(Si me da lo continuaré)

Llevaba veinte minutos mirando el techo oscuro de su cuarto. Deformado, intruso, hostil. La oscuridad y el gotéele le hacían ver formas en cada palmo del techo, amenazantes aunque distantes. Eran formas muy variadas, desde calaveras a barcos a caras de personas a formas sin sentido que parecían cobrar vida por momentos. Era el efecto óptico de estar con un resfriado de los que marcan época y un dolor de cabeza poco agradable. Él era una de las pocas personas que conocía que se resfriaba por lo menos una vez al año. Era una especie de maldición de bienvenida que le daba la primavera. No le podía hacer nada, pero esta vez le había dado fuerte; no le importaba quedarse en cama, pero eso de tener la garganta como una lija le estaba desquiciando.

Y otra vez la cabeza.

Sentía como su corazón batía sangre, que iba a explotar en sus sienes, amplificando el eco del silencio. Los oídos, como si estuvieran orientados hacia el interior del cráneo, recogían el latido y lo mezclaban con el sonido entrecortado de una respiración de resfriado común; además, a cada movimiento, la fricción del pelo contra la almohada chirriaba en quejidos opacos.

Miró el reloj digital que había sobre la mesita de noche y los dígitos rojos marcaban las 3:34 AM. Llevaba ya cuatro horas intentando pegar ojo, pero no había remedio. Tampoco era especialmente grave, al día siguiente era Martes, y los Martes no era un gran día de venta, sobre todo por la mañana. ¡Qué carajo, realmente no había ningún día de gran venta! Algún Sábado, pero ya. Es lo que tenía llevar una tienda de discos de segunda mano.

El sudor frío le acechaba por detrás del cuello y daba la sensación de ir desdibujando las costuras del pijama. ¿Dónde estaría Andrea? Había quedado con Laura para cenar y tomar algo. Ya se sabía la historia: marujeos, rajar a los chicos ( de ahí ese pitido incesante en el oído) e historias variadas sobre la semana. No estaba seguro de que fuera tarde, porque siempre que llegaba ella, él ya dormía hacía rato.

Muchos novios se hubiesen puesto celosos o, mejor dicho, recelosos. ¿Volver a esas horas entre semana? A él le daba bastante igual, en eso se basaba el amor verdadero, ¿no? Que le engañara con otro le daba la excusa para dejarlo con ella. Y no es que quisiera dejarlo, sencillamente le era indiferente estar con ella o no. Y ya se sabe, cuando el cuadro está colgado, si da lo mismo dejarlo que quitarlo, siempre se queda.

Oyó cómo se abría la puerta de casa, y como a continuación se cerraba con suavidad. Unas llaves que caen sobre el cenicero dónde siempre deja las llaves. Unos pasos, un interruptor chocando contra su tope para encender la luz del pasillo que se cuela por debajo de la puerta en la habitación, más pasos. Se para y entra al cuarto de baño. Otro interruptor. Pasan unos minutos, otra vez el interruptor, apaga la luz del baño. Más pasos, va girando la manivela de la puerta tan suavemente como cuando alguien no quiere despertar a otro alguien. Le diría algo, pero no le sale la voz. Recorre todo el camino la manivela y la puerta se va abriendo con la misma lentitud. Entra ella, y él levanta la mano a modo de saludo.

Ella se acerca, le besa la frente y le pregunta si quiere algo, él niega con la cabeza. Ella se desnuda, se pone el pijama y se acuesta a su lado. A los diez minutos ya está dormida. En la cabeza de él se iba desarrollando con alteraciones delirantes una secuencia de pensamientos:

“ Ella no tiene la culpa. Estaría cansada. Pero vaya un poco de atención. Bueno, realmente ella siempre me presta atención, incluso a veces demasiada. Creo que a ratos me agobia. Empecé a salir con ella porque era una chica interesante, con cosas que contar, un cerebro que funcionaba, y funciona. Pero ahora no sé si quiero eso, me acabo aburriendo de conversaciones interesantes, tampoco es que quiera conversaciones estúpidas. Realmente no sé lo que quiero. Quizá sí, yo lo que quiero es una femme fatale, una que sea tan interesante como inestable. Básicamente que me esté puteando todo el día, o a ratos, lo suficiente como para deprimirme y agobiarme y luego volver a un estado de normalidad reconfortante. Una negación continua. Pero claro, para ello también debería negar yo para que ella no se aburriese. Y claro me podría salir, generarme un personaje y punto. Pero, ¿ hasta dónde podría controlarlo?. Sí, quería una mujer con cara de mala, pero no cara de mala en plan chabacano gárrulo, de esos putones que andan por la noche creyéndose las diosas, siendo no más que un trozo de goma que en cinco años no habrá quien se lo coma. No, una mujer delgada, alta, morena, piel blanquecina, irascible y altiva.”

Andrea se giró en sueños y puso un brazo sobre él, y a él le vinieron dos pensamientos. Primero, la imagen del agente Smith en Matrix diciendo: “tengo que huir”. Segundo, “veía demasiadas películas”


Comments:
Por favor, continúa. De tanto que pienso no quiero ni escribirlo. Me conozco.
Me parecen unas reflexiones, las del amigo enfermo, muy buenas, aunque no se si por lo bien narradas...me ha sorprendido tanto...no sé...continúa. -AuB-
 
bueno bueno bueno...creo que he sentido esa sensacion, la primavera es mi amiga.
De nuevo nos encontramos con la noche, es curioso comprobar como duerme nustro cerebro durante el dia y como , ante la ausencia de estimulos externos por fin decidimos mirar hacia dentro. No hay que dejarse engañar, las decisiones , las reflexiones , han de estudiarse con inteligencia, es decir usar la prudencia probablemente despues de varios errores. De todas maneras es inevitable repasar nuestros actos y planear nuestras batallas ante la vida tan oscura que se nos presenta.
Que histora tan bonita la de las parejas que esconden sus problemas con grandes reconciliaciones...por eso este tipo de amor es tan adictivo: la reconciliacion desde una profunda y repetida tristeza produce endorfinas...hasta que se nos hace NECESARIA OTRA DOSIS.
De todas maneras una vez experimentas el amor de igual a igual , algo que yo consideraria mas maduro (quiza no es la palabra correcta, quiza seria mas correcta SUERTE)los tira-y-afloja quedan atras en esas carpetas de nuestro ordenador central que hacen las veces de vacuna.Nunca mais. que descanseis.
-CrEmA-(violandolaley, violandolaley)
 
Seguila pibe que está entretenida
 
Yo también voto por que la continúes :)
 
yo creo que un antiinflamatorio de 650, si ella no va muy castaña,posibilitaria el sexo...
 
Si es de noche y es primavera... existe la excusa perfecta para responderte o no a todo aquello que te preguntas constantemente. Da igual que se trate de un resfriado común de cualquier época del año o de las dudas existencionalistas que continuamente avasallan nuestra mente; eso es lo de menos. Con tener una primavera y una noche nos es suficiente para encontrar la causa a todo lo que nos pasa durante toda la vida... a si existirá verdadero remedio contra el virus de más rápida evolución y, porqué no, asunción o por qué quien duerme a nuestro lado ocupa ese lugar y si es quien de verdad queremos que se quede para siempre... la respuesta la tiene la primavera... y la noche...
 
Primavera de olores ajazminados, noche de olores encendidos.
Momentos de olores, me encanta.
 
¿Insinúas entonces que no hay primavera sin olor? ¿y qué hay de las grandes ciudades de jardines pavimentados y flores de humo? ¿Les vas a quitar el privilegio de sentir la primavera a millones de habitantes por no poder percibir las huellas que va dejando esta estación? La primavera, a mi entender, se trata de algo más metafísico, de algo que va más allá de los sentidos, algo que se siente y se presiente en cualquier lugar del mundo... aunque estemos rodeados de material inerte, insípido, inodoro e in...

Añadir además que a pesar de saber que esta historia ya tiene continuación, para mí, su punto y aparte es ya un buen final. ¿Acaso no se trata de una situación cíclica al igual que la noche, al igual que la primavera? A pesar de ello, también yo tengo curiosidad de saber como sigue; sólo para saber si es posible que algún día la rueda deje de rodar.
 
No, para mi no hay primavera sin olor. Y las ciudades tienen tanto o más olor que lo que no lo es. Porque huele el refrito de los bares, el perfume escapándose de los grandes almacenes, y los árboles y plantas de la ciudad que agradecen el sol y el agua que les llega.

Lo de la historia tiene su continuación porque las novelas o los cuentos, son sucesiones de historias. Esto podría ser un primer capítulo de algo más largo, con un personaje que se pueda desarrollar más, o no. Creamos y matamos personajes cada día, deben ser lo celos de vivir historias de seis párrafos.
 
Impaciente estoy, pues. ¿Celos de vivir historias de seis párrafos? No acabo de entenderlo... Ah, y de antemano antepongo que no es mi intención criticar ni ofender; sólo simples comentarios que me sirven de excusa para poner en marcha mis neuronas, porque desde luego que es más fácil comentar que escribir. Nos vemos.
 
A veces las historias de seis parrafos y cinco minutos de lectura tienen más emociones que días enteros nuestros. Por eso las envidiamos. Por eso leemos, para sentir que somos otra persona con emociones y sentimientos que normalmente no tenemos. Renegamos una vida aséptica.
Me encantan los comentarios y las opiniones.
 
Vaya por dios que se me ha borrado lo que había escrito... Te decía que leo para sentir y que si siento es porque recuerdo y que si no recuerdo, pues me lo invento. Un minuto y 100 carácteres me bastan tanto para reir como para llorar, y porqué no, para quedarme igual. Yo no leo por pensar que mi vida es aséptica, leo porque es una manera de definirte más a ti mismo, o de querer cambiarte, quien sabe. También decía que me hace gracia ver como hace apenas dos minutos que has contestado y que yo te rerecontesto, en diferido, teniendo si se busca la posibilidad de hacerlo "online" :p
 
Yo a veces sí que veo mi vida aséptica e idealizo, sin querer ciudades o personas.

Hay días que solo existo en diferido. :)
 
Todos tenemos ratos, incluso días, de debilidad, pero si conseguimos hacer un balance racional...
Es tan bonito (y fácil) idealizar...
En diferido o no... el verbo principal es existir...
 
He tenido el impulso de copiarte, copiaros, las letras de 3 canciones de un grupo un tanto comprometido que a mí me gusta mucho; pero así como lo he hecho, lo he deshecho. El otro día borré sin querer; hoy he borrado a conciencia. Y así es la vida...
 
copiarnos?... :) no sé con cuanta asiduidad tengo lectores (que no lector) así que solemos ser uno.
Me has dejado con la curiosidad. ¿Un grupo comprometido con qué?
 
En diferido pues, contestaré a tus preguntas. No se la asiduidad con la que te leen, y menos con la que te dan feedback, pero reconoce que un anónimo puede abarcar y abarca a casi 40 millones de ciudadanos... puedo ser uno o podemos ser muchos, pero de antemano te digo que yo desde que descubrí "tu rincón" procuro entrar para ver si hay alguna novedad... me gusta mucho saber que hay neuronas activas esparcidas por el mundo... el grupo del que te hablo está comprometido con... con la vida, con la incoformidad y un poco (mucho) también con la política... aunque es verdad que gusta a gente de partidos muy dispares... pero ya te digo, a mí, por lo que más me gustan, es por el sentido que le dan a las cosas...
 
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