La voz estridente de la noche llama.
No me llames a mi,
ya he ardido sin calor.
Busqué en mi alma para recoger
la antorcha de luz negra,
la que no ilumina, la que sólo ciega.
Cenizas de Pompeya,
Brasas de alma incandescente.
Olor a jazmín, rojo lava.
Dormitorio de azulejos corridos
Con los ojos que me dicen que sí,
Para la sonrisa que me dice que no.
Muerte al sur del alma,
Cuando no hay respuestas,
Cuando no hay preguntas.
Haga lo que haga,
Cenizas mojadas.