BlancoA veces me miro la palma de la mano, ¿de qué color es?. Tantas líneas, que creo que no dicen nada. Por lo menos nada de lo que ocurrirá, y sí de lo que ocurrió, como suaves cicatrices invisibles.
El tiempo me atormenta, la cascada eterna de segundos que me recuerda que de ahora (cualquier ahora) en adelante preguntaré menos y besaré más. Cuántos recuerdos, de cosas que nunca sucedieron, caben en la palma de mi mano.
Cuando pierde su color rosado, cuando se abre y la muñeca la agita para decir adios.
Nos vemos en sin títulos.