Días sin horas

lunes, octubre 30, 2006
 
Cuando caían los postigos de la noche para abrazar al sol, quedó en el aire la esencia de que no había mucho más que hacer. No me gusta esa esencia, huele a naftalina, a abrigo enterrado muchos veranos atrás. La confusión de lo perdido en el espacio o en el tiempo, si es que pueden ser cosas distintas. Una huida a lomos de la inspiración que trajo la no-palabra, cerrojazo a la luna y empezar a cerrar los ojos antes de dormir.
Dulce ebriedad la de la gota de sangre sobre el labio ajeno, seca antes de poder ver una mirada.
Naftalina, no hay mucho más que hacer.

Comments:
Pa' qué más, Kike? si ya lo dijiste todo...



Espacio y tiempo, una fusión difícil de separar.



Besos.
 
Todo... entonces, no hay mucho más que hacer?
 
Bueno el no hacer o el hacer es tan relativo... yo creo que nada es definitivo, siempre hay otra opción, el elegir es una de las decisiones más difíciles ya que se supone que conlleva la pérdida de alguna otra cosa, no sé si me explico, pero aún así esa libertad, la de optar, ésto o lo otro, es la que nos hace sentir que somos dueños de nosotros mismos.


Muchos besos...

acordate:

"Que ser valiente no salga tan caro"
 
Elegimos caminos o destinos?
 
Dónde ves la diferencia entre uno y lo otro?
 
uno es el qué y el otro el por qué...
 
será cuestión de andar entonces sin tantos por qué... dejarse llevar, andar, dudar, creer, putear, detenerse y volver a empezar... no?
 
Creo que hacemos demasiadas preguntas :)
 
jajajajajajja



Demasiadas... vos sos el que está todo el tiempo respondiendo con preguntas, Kike...


muás!
 
Es porque no tengo demasiadas respuestas, y las preguntas siempre quedan resultonas. ;)
 
jajajajajjajajaja



Sabés se siente bien bonito releer la sandeces y no que nos hemos dicho... soy una melancólica sin remedio... ains...
 
Publicar un comentario


Sigueme por RSS