Días sin horas

miércoles, noviembre 22, 2006
 
Si se han callado las palomas y se oye, en cambio, el correr de las hojas; si han dejado de correr las morerías por los ojos de quien se cruza y corre, en cambio, las montañas nevadas.
Fronteras cosidas sin querer, y que no se pueden evitar, que son sólo diversos ojos viendo diversos paisajes. El Montblanc aparece entre las nubes, como quien saca la cabeza para poder ver. Tiene la cumbre nevada y parece pintado en la ventana de la oficina. Y los aviones siguen saliendo, tan cerca, tan grandes, tantos, ... tantos destinos, tantas personas, tantos pensamientos en el momento en el que avión deja de contactar con el asfalto. Y si van y quizá no vuelvan.

Comments:
A mí me gsutaría coger un tren de esos. Y no volver
 
Publicar un comentario


Sigueme por RSS