Lejos de esta Europa de restos industriales, ladrillos caravista ennegrecidos y ventanas cuadriculadas sin persianas, ventanas que siempre me han traído la sensación de moqueta que esconden, desinfectante y techos-suelos que crujen.
Lejos de tus caderas morenas, flamencas al andar, más árabe de ojos azabache que aria de pelo incendiado.
La media luna en tu boca a través de la noche de tus labios, piel canela, muere el sol.