Días sin horas

sábado, abril 28, 2007
 
Se quedaron la mitad de los sentimientos en la arena de la playa mediterránea, enterrados entre el agua y la sal seca de mis pies. Diluidos.
Sea lo que sea, el viento se lo llevará.

No se habrán muerto, pero dejaron de latir. Cristaliza la sal del agua marina en tu espalda morena, sí, la tuya, tú que no existes.
Sea lo que sea, el viento se lo llevará.

Y yo, que mezclo la necesidad de beber amores irreales con las notas y las letras, me fui tan lejos que perdí mi sombra de vista. Buscando las notas, las letras y los amores. Sólo encontré soledad seca. Hojarasca.
¿Las hojas muertas? El viento se las llevará.



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