Días sin horas

viernes, julio 04, 2008
 
Sus pasos por la acera suenan a guitarras mestizas, talones a contratiempo.
Faldas con volantes de colores que giran y deforman el pavimento. Colores de raíces que se han mezclado con su caer desenfadado y reivindicativo.

Acento con letras caídas y pasiones levantadas. Envolvente en su sonoridad flamenca.

Caderas que rechazan la homogeneidad de la cal de las paredes. A mí me sabe a besos deslizándose por unos muslos de arena.

Comments:
A veces me das miedo …
 
Tres post en cuatro días...

Estás que te sales, chato, y yo me alegro por tí, pero si sigues a este nivel de rosería, habrá un momento en el que no puedas aguntar el ritmo de comentarios, no sea que me vuelva diabético...
 
Joe con los dos. Que pocos ánimos, carai!! No sé si dejar de escribir o empezar a escribir del tiempo y la transición de vidas budista :)

Besos a ambos
 
No, no, tu sigue, tu sigue!!

En serio, fuera de todas las bromas sobre tu moñismo, a mi me pone feliz.
 
Sigue escribiendo ahora que has cogido carrerilla, que ya sabes que nosotros estamos vacunados y no se nos contagia.
 
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