Días sin horas

domingo, julio 25, 2010
 
Trepaba por la acera
buscando entre tinieblas
el rastro de tu olor.

Buscaba, sin quererlo,
los pliegues de tu falda
donde encontré el deseo.

Encontré en tus muslos
la miel de los campos de verano
que arrastro en mi cabeza
desde los libros de mi infancia.



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