Te escribo aun sin saber si algún día leerás esto. Y me dan ganas de enviarte todo esto cuando aun no hemos llegado a quedar y sólo me has dado una remota posibilidad de vernos que ni siquiera has confirmado. Aun así, sabiéndolo, me vienen todos estos pensamientos que te escribiría en una carta larga en la que te pondría canciones, y te diría que hoy llueve y lo mucho que me gustan los días que llueve.
Pero ya sé que no puede ser así, otras veces he pecado de ansioso y han salido corriendo, no haré lo mismo contigo. Y esperaré pacientemente, mientras te escribiré aquí y algún día, si llega ese día en el que puedo rozar tus labios con los míos, te diré que aquí está esto que pensaba y escribí, y espero te haga sentir especial, deseada y querida. Si no, aquí se quedará en mi personal cajón de Pandora, para cuando relea, y no me acuerde de ti, del tiempo que ha pasado y lo poco que nos hemos vuelto a ver. Pero mientras déjame pensar que sí.
Regálame unos minutos a tu lado para ponerte una canción y podernos quedar mirando cómo llueve sobre los árboles, desde la ventana, tirados en un sofá, acariciándonos los antebrazos, buscando el leve crujir de tu pelo al recorrer tu nuca con mis dedos.
http://www.youtube.com/watch?v=ejorQVy3m8E&ob
Y tampoco te quiero poner música muy rara que te asuste, que te haga pensar qué tío más raro, pero hay un montón de música comercial que me encanta, que me recuerda a los veranos de los 15-16-17 años cuando todo olor tenía un sentido mágico, y viajan en el tiempo a través de la tierra mojada. Serán esos estribillos de los 90 que me devuelven la capacidad de sufrir por esperar un mensaje, como quien esperaba una carta de un mensajero, sólo que en vez de saber que si hoy no es puede ser mañana, yo sé que si no es este minuto puede ser el siguiente. Odiosa inmediatez de las comunicaciones.
http://www.youtube.com/watch?v=GNZUnCv8Ti0
Quizá por la lluvia, quizá por los Smashing Pumpkins me dan ganas de empezar a contarte toda mi vida. Mis momentos más especiales, las veces que he escuchado a los Smashing Pumpkins, mi año en Dinamarca de lluvías, de descubrir música de leer y de escribir. Que hubo otras que fueron importantes para mí, pero de las que no tienes que estar celosa porque ellas sólo son en mí lo que soy ahora, y me han hecho aprender a desearte así, a través de palabras, a través de canciones.
Y te dejo ya por hoy, porque, ahora que lo pienso, y que han pasado tantos minutos, empiezo a pensar que no me devolverás el mensaje, que, realmente, no te volveré a ver.
