Días sin horas

martes, enero 30, 2007
 
¿Cuántas veces he sentido que me moría? Y cada una de las veces con la misma intensidad, como si no aprendiera de la muerte recurrente.
Hoy, con su pelo cobrizo, se me hunden los ojos en mi propio pecho. Mirando la daga que, sin querer, decidí clavarme, sólo porque me dijo, que ella también tenía una.
Pasan los años, y mi pecho sigue sin dejar de sangrar.

Comments:
Hay heridas que nunca cierran... ¿has visto Kenshin? Bueno, por si sí ya sabes a lo que me refiero. Sino, bájate cualquier foto. Verás que en su mejilla izquierda tiene dos cicatrices que forman una X y nunca se cierra por los remordimientos...
Un beso!
 
Lo malo de esas muertes (A CORTO PLAZO) es que en realidad no te mueres. Hay que ver cuánta personalidad se nos va cuándo nos enamoramos: si ella se clava una daga, yo hago lo mismo; será porque nos hacemos uno, o eso queremos. Muy bonito Kike.
 
...y tú qué?
 
Publicar un comentario


Sigueme por RSS