Días sin horas

lunes, enero 22, 2007
 
(Paralelo Sintitulos)

Cuando duermen dos en una cama de uno y medio, hay uno que le falta, obviamente, una mitad. Muy probablemente, el que no es dueño de la cama se ve arrinconado, y por educación sigue incómodo, dormitando. Despertándose cada poco, con una sensación de que no ha dormido nada y que la noche se va despeñando por el reloj. Y mañana hay que ir a trabajar.

Abrí un ojo y vi a través de la puerta, que se había quedado abierta, el comedor con la luz, aun, encendida. Sonaba un disco recopilatorio de jazz que había dado por lo menos una decena de vueltas, y seguía incesante aunque el volumen era realmente bajo.
Me fijé en algo que no me había fijado hasta el momento, la casa tenía un parqué muy bien cuidado. Además debía tener calefacción en el suelo, porque pese a haber ido descalzo por la habitación no había tenido frío en los pies.

En ese mismo suelo yacían, también dormidas, las prendas entrelazadas suyas y mías, casi indistinguibles. Me di cuenta de que también nuestras piernas estaban entrelazadas. Ella tenía las piernas frías aunque muy suaves. Me preguntaba si se depilaría todos los días, supongo que no, y puede parecer ridículo. Pero como uno suele saber cuando va a acabar sin ropa, se cuida más para esas ocasiones. Pero todos tenemos ropa interior desgastada que nos seguimos poniendo a gusto, salvo en esas ocasiones en las que tememos que no dé la talla ( nunca mejor dicho). Supongo que hasta que no viviera con una mujer jamás sabría cómo es la cotidianidad de sus piernas, de su cara, de su pelo. Sin querer me imaginaba a ella, aunque había quedado con ella no más de cuatro veces.
Le recogí el pelo y fui besándole por todo el cuello. Pero no se movió, debía estar profundamente dormida. Era su cama, era normal. Llegué hasta sus labios, y se me estremeció la espina dorsal cuando noté sus labios como el mármol, además de secos y ásperos. Le pasé la mano por el cuello y no noté la sangré corriendo por sus venas. Le susurré para despertarla, para animarla. Sí, susurrar no parecía muy normal, pero no me salía el hablarle más fuerte.

No supe qué hacer, así que me vestí y la dejé tumbada, le tapé bien hasta los hombros. Salí por el comedor, apagué instintivamente el equipo de música. Y me apresuré a cruzar la puerta, sabía que una vez cerrada por mucha conciencia que pudiese tener no podría volver a entrar. Así que salí, cerré y bajé con la cabeza agachada esperando que nadie se cruzara conmigo.
Miré el reloj, 5:23. Necesitaba un taxi, lo cogí un par de calles más al norte de la suya.

Comments:
¿Pero estaba muerta? :S
 
Puedes decidirlo tú... pero yo creo que sí.
 
Yo creo que también. De todas maneras, auqnue te fueras de ahí -porque hablas en 1ª persona- recojeran huellas y esas cosas xD
Un besazo
 
Muerta? jooo! :D
 
Cel, huellas? por qué? alguien muere y no se sacan huellas, no es un asesinato. Cuando la autopsia se verá que es una parada cardíaca y nadie dirá nada más. Quizá no digan que amaneció desnuda a sus padres, pero todo quedará en silencio.


Esther, si quieres revívela y continúa. Leeré la continuación en tu blog. :)
 
Qué propuesta más interesante Kike, no me lo pienso ni dos veces. En cuanto tenga un poco más de tiempo me pongo a ello, aunque presiento que la continuación no estará a la altura de ese uso que tú haces de las letras y las palabras.
 
boh, venga no me des coba...
 
Pero si en realidad te gusta... tontorrón. :P


Siento dar pasos atrás, pero creo que finalmente no colgaré esa continuación de tu historia; creo que revivir a esa mujer sería un asesinato. Un saludo Kike
 
Bueno, me gusta un poco.

¿Por qué revivir a la mujer? Hay mucha historia que se puede desarrollar postmortem.
Espero tu piropo en forma de continuación. ;)
 
Esther, lo que pasa es que Kike ha empezado la historia por el final. En que ella muere. La continuación supone dar unos pasos atrás, ver qué pasa, quién es esa tipa, quién es el tipo, cómo y por qué se han conocido...

Ánimo, la cosa promete.
 
esa es otra opción...
 
me encantó tu relato..
la verdad me parece muy bueno he leido algunos de los anteriores y tambien me gustan pero lei este primero y creo es mi favorito..
por la reflexion de la cama, el no poder dormir, los detalles en q te fijas, la ropa entrelazada... todas la pequeñas cosas creo q son las q me encantaron...
la icognita de la muerte es buena... puede ser un tanto metaforico... aunq q los 'sintomas' son muy fisicos...
bueno perdona el super comment
un beso
Lustxlife (del fotolog)
 
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