Días sin horas

lunes, enero 04, 2010
 
El cielo metálico llegaba más allá del final del horizonte. La carretera se abrazaba a la tierra como huyendo de las gotas de agua que la atravesaban sin herir. Llovía suavemente.

Llegó un cartel que yo llevaba un rato esperando, una ciudad tan lejana como imposible se cruzaba en el camino, y me invitó a pensar en ella.

Imaginé una plaza que se llama como un barrio, y un café que no se llama tertulia. Imaginé caderas ondeando por las escaleras que subían a un segundo piso que probablemente no existía. Yo la seguía, y me fijaba en como las piernas que nacían de sus botas se entrelazaban en un ramo de curvas que sugerían sus pantalones.
Hubo café, hubo miradas complices, hubo manos que se buscaban y pies que se encontraban.
Pero no dio tiempo a más, la carretera salió de su estado tangencial a la ciudad y los pensamientos se quedaron en la cuneta.

http://www.youtube.com/watch?v=AhYRIbGVNl0&feature=related

Comments:
Me encontraste. Por fin alguien me encontró, aunque sólo fuesen unos momentos.
Espero que te gustase el segundo piso, que por cierto existe.
Un beso
 
Ojalá pudiera ver ese segundo piso, ese café sin nombre, esas caderas ondeándose por las escaleras.

Pero que la carretera se pierda más a menudo, y deje pasó a más palabras. Gracias.
 
Meri, me encantó encontrarte y disfrutarte un poco. Me ha gustado el sabor, repetiré con algún texto que te encuentre antes de la charla con mesa de por medio, que llegará.

Eisen, tendrás que buscar el café en cualquier esquina de tu ciudad y las caderas en las faldas que sobrevuelan las aceras.
 
Es muy bonito lo que cuentas y curioso rencontrarme con tus palabras y estremecerme como hacía tiempo.

Cuidate.
 
Como anónimo no tienes cara, así que me alegro de que te guste pero no sé cuánto.
Pero si te has re-encontrado con mis palabras... te dejo algo de César Vallejo
"Algo te identifica con el que se aleja de ti, y es la facultad común de volver: de ahí tu más grande pesadumbre."
 
Me gusta, es incalculable tienes razón, pero si algo me gusta es porque despierta grandes sentimientos y sensaciones, a lo que doy un valor incalculable.

Buena cita, aunque yo invertiría los factores ya que cuando se aleja algo o alguien es porque ha perdido la identidad afin y por tanto me cuestionaría la facultad de volver.

Cuidate
 
más que facultad, que es el poder o no poder que dudosamente varía, sería el deseo, que es más volátil.
Pero si te sigues estremciendo no has perdido ni la facultad ni el deseo, sólo el hábito.
 
Es posible que el hábito sea lo perdido, aunque tengo la creencia de que cuando con motivos expresos o tácitos escondidos en algún rincón de nuestro individuo y muchas veces ocultos a nuestro yo externo, rechazamos algo o lo alejamos tal vez el deseo siga residiendo en nosotros pero es un deseo rechazado a la hora de manifestarse ya que su recuerdo es por algún motivo dañino y tendente al olvido.
 
al final los recuerdos son construcciones, y recordamos algo que no fue, o no fue así completamente. Creo que cuando rechazamos un recuerdo no es por lo que fue, es por lo que es, dañino o no, tendente o no al olvido.
Espero que te guste el nuevo post, claramente inspiracional.
 
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